A lo largo de varias décadas, los navarros, vascos y principalmente los aragoneses vivieron un auge significativo al descubrir la posibilidad de invertir en segundas residencias en destinos costeros como Salou y pasar sus vacaciones en familia o amistades. Este fenómeno marcó un hito en el mercado inmobiliario en las primeras épocas del "boom" turístico en la capital de la Costa Daurada, otorgando a esta porción del litoral mediterráneo el título de la "playa de Aragón".

Con el paso del tiempo, sin embargo, las familias que en su momento adquirieron segundas residencias se enfrentan a transformaciones económicas que han impactado su relación con estos apartamentos junto al mar. Las crisis económicas y cambios en los hábitos vacacionales han llevado a que, en algunos casos, las propiedades se pongan a la venta o, en mayor medida, se ofrezcan en alquiler, especialmente por las segundas y terceras generaciones de los primeros propietarios en la zona.

Estos destinos turísticos, como Salou, que fueron imanes del turismo nacional e internacional en décadas pasadas, han evolucionado considerablemente. Aunque algunos descendientes continúan la tradición familiar y sentimental asociada a estas propiedades y también a los amigos que se han ido haciendo en el municipo, resistiéndose a vender por necesidad o por cambios en los patrones actuales de vacaciones, otros optan por poner en venta sus apartamentos debido a la edad o desacuerdos familiares.

A pesar de los cambios en el uso de estos inmuebles, la oportunidad actual en un mercado al alza y precios atractivos no pasa desapercibida. Muchos propietarios prefieren alquilar en lugar de vender, ya que, con la vivienda ya pagada, los costos de mantenimiento son mínimos en comparación con los ingresos adicionales que pueden obtener.

Los expertos inmobiliarios que trabajan con propietarios de Aragón, Navarra y País Vasco perciben que este cambio de pensar de sus nuevas generaciones y motivación por vender o alquilar los apartamentos de sus familiares ha estado gestándose silenciosamente desde hace años. Factores como la edad, la falta de interés de hacer las vacaciones cada año en el mismo lugar o la preferencia por alquilar o vender los apartamentos heredados por razones económicas están influyendo en esta dinámica.

Para muchos de estos propietarios, la posibilidad de obtener ingresos durante los meses de verano alquilando sus propiedades puede cubrir los gastos anuales obligatorios, como impuestos municipales y servicios básicos. Haciéndolo durante la temporada estival, algunos de ellos logran obtener ingresos sustanciales, reservando otros meses para disfrutar de su vivienda de manera esporádica con familiares y amigos.

Aunque muchos continuan explorando el sector para conseguir ofertas atractivas y adquirir una propiedad en Salou, los altos intereses hipotecarios y la escalada del euríbor han frenado el entusiasmo, y quiénes se atreven suelen ser ser muy mirados a comprar un apartamento en condiciones, prefiriéndolo casi para entrar a vivir o hacer pocas obras. Sin embargo, aquellos propietarios que no invierten en renovar estos apartamentos pueden tener dificultades para colocarlos en el mercado debido a su antigüedad o mal estado.

La transformación de la nueva relación entre los aragoneses, navarros y vascos en Salou está en pleno desarrollo, donde las oportunidades de alquiler y venta configuran un nuevo escenario para estas propiedades que antes eran símbolos de estabilidad familiar. Pero también es cierto que tanto las primeras generaciones como las siguientes siempre encuentran unos días o semanas para pasarlas en Salou y disfrutar del mediterráneo, porque en Salou continuan y continuarán siendo bienvenidos.