En la pintoresca costa de Salou, bañada por las aguas azules del Mediterráneo, se erige un ícono de la arquitectura moderna: la Casa Rubió. Ubicada en la abrupta topografía del Cap Salou, esta joya arquitectónica, construida entre 1959 y 1962, es un testimonio del genio creativo de los arquitectos Bonet Castellana y Josep Puig.
Lo que hace a la Casa Rubió destacar no solo es su privilegiada ubicación en primera línea de mar, sino también la forma magistral en que se fusiona con el entorno natural. Al enfrentarse a un terreno desafiante, Bonet adoptó una estrategia única: situar la zona de estar en la planta superior para aprovechar al máximo las vistas panorámicas, mientras que las habitaciones se alojaron en la planta baja, proporcionando privacidad y comodidad.
La inspiración detrás del diseño de la Casa Rubió radica en la geometría y la topografía del lugar. Bonet utilizó dos triángulos isósceles como base para determinar la disposición de los muros principales y la orientación de la fachada principal hacia el sudeste. Este enfoque geométrico se refleja en cada detalle de la casa, desde los cierres interiores hasta las terrazas y la escalera, otorgando cohesión y belleza al proyecto.
El edificio se adapta a la forma del acantilado, intentando destacar lo menos posible. La mayoría de los muros son macizos y están construidos con las piedras del lugar para acentuar al máximo la adaptación al terreno y paisaje.
El acceso a la casa se realiza a través de una impresionante rampa que conduce al aparcamiento, ubicado a unos 20 metros sobre el nivel del mar, ofreciendo vistas espectaculares del paisaje marino. Al ingresar, se encuentra una amplia terraza que conecta con la zona de día, que incluye la sala de estar y la cocina-lavadero. La planta inferior alberga los dormitorios y servicios, junto con espacios de relación con el jardín, como el aparcamiento y la bodega.
La integración con el entorno es evidente en cada aspecto del diseño. Los espacios de servicio se orientan hacia el interior de la planta, mientras que los muros principales se abren hacia el sudeste, ofreciendo vistas panorámicas del mar. El uso de materiales como el gres salado en el pavimento y los muros de piedra locales resalta aún más la armonía entre la casa y su entorno natural.
La Casa Rubió no solo es apreciada a nivel local, sino que también ha sido reconocida internacionalmente como un hito del Movimiento Moderno. Incluida en el registro de la Fundación DOCOMOMO, esta obra maestra arquitectónica es uno de los cuatro edificios más representativos de la comarca, como La Laboral en Tarragona, la sede de la Subdelegación del Gobierno y unos apartamentos de Torredembarra.
En reconocimiento a su valor histórico y arquitectónico, la Casa Rubió fue honrada con una placa conmemorativa por el ayuntamiento de Salou en octubre de 2012 en la celebración del Día mundial de la Arquitectura, destacando su contribución al patrimonio cultural del municipio. Este legado perdura como un recordatorio de la visión y la creatividad de sus creadores, que trascienden el tiempo y continúan inspirando a generaciones futuras.
Artículo: Francís Rojas | Fotos: © Deidi von Schaewen