COLUMNA DE OPINIÓN
La transparencia en la gestión municipal emerge como una necesidad imperiosa. Comunicar de manera clara y objetiva las acciones que afectan directamente la vida de los ciudadanos es esencial. Evitar la vanidad personalista en la comunicación y mantenerse alejado de la sobreexposición mediática contribuye a preservar la integridad de la información transmitida.
En palabras simples, una buena gestión municipal se basa en la humildad, la capacidad de escuchar, el trabajo en equipo, el respeto a la opinión de la ciudadanía, pisar más la calle, salir de su burbuja y no ir solo a sitios donde saben que los adularan. Si estos factores básicos fallan se podría decir que aquí algo falla, la solvencia y la democrácia pierde, y algo muy valuoso para el político como ser humano que es, su credibilidad y honestidad ante la sociedad.