COLUMNA DE OPINIÓN
En un momento en que la prensa local debería ser valorada como herramienta esencial para la transparencia y la participación ciudadana, muchas veces ocurre lo contrario. Este artículo analiza el papel de los medios digitales independientes, el uso cuestionable de las subvenciones públicas u otro tipo de ayuda o apoyo y cómo, en municipios como Salou, parece que se castiga la independencia informativa en lugar de reconocerla y apoyarla.
En la era digital, los periódicos locales son esenciales para entender lo que ocurre en nuestras comunidades. Sin embargo, muchos de estos medios digitales viven una paradoja que afecta directamente a la calidad informativa y a la experiencia del lector.
Por un lado, algunos reciben subvenciones de entidades públicas, como ayuntamientos o gobiernos autonómicos, que deberían servir para reforzar el periodismo de proximidad, libre e independiente. Pero, al entrar en sus páginas, el lector se topa con una avalancha de anuncios que dificultan la lectura, abruman visualmente y, en muchos casos, lo hacen abandonar el sitio. Esta contradicción entre recibir fondos públicos y ofrecer una experiencia tan pobre plantea serias dudas sobre cómo se gestionan esas ayudas y qué responsabilidad tienen estos medios con su audiencia.
Además, la práctica de "copiar y pegar" notas de prensa o noticias de webs oficiales sin aportar valor añadido —sin contraste, sin opinión ni contexto— es cada vez más frecuente. Esto no solo resta profesionalidad, sino que traiciona la confianza de los lectores, que esperan contenido local original y de calidad.
A esto se suma el aprovechamiento, también creciente, de estudiantes y jóvenes periodistas en prácticas no remuneradas o mal pagadas, algo que, lejos de formar a futuros profesionales, perpetúa una precariedad estructural que termina afectando directamente a la calidad de los contenidos. Esta lógica de “producir más por menos” no solo desvaloriza la profesión, sino que también compromete la profundidad, el rigor y la voz crítica que deberían caracterizar al periodismo local.
Ayuntamientos: ¿agencias de noticias interesadas o garantes del pluralismo?
El debate de la prensa local va más allá. El papel de los ayuntamientos, como instituciones más cercanas a la ciudadanía, no es actuar como agencias de noticias oficiales ni sancionar de forma encubierta a los medios que muestran una línea editorial crítica. Las instituciones públicas deben saber encajar todas las opiniones, especialmente las que se expresan de forma razonada y constructiva. Porque eso también forma parte del juego democrático.
Las subvenciones que reciben los medios de información local deben servir para fomentar la pluralidad, reforzar la calidad y apoyar a quienes, desde la independencia, trabajan por la comunidad. No para premiar el silencio o la obediencia.
El caso de Canal InfoSalou habla por sí solo. Con miles de seguidores reales en redes sociales, publicaciones diarias hechas desde y sobre Salou, hecho por solo una persona de forma altruista y una línea editorial completamente independiente, aunque algunos interesadamente quieran pensar que no, no solo no recibe ningún tipo de ayuda institucional —ni económica ni en forma de reconocimiento—, sino que además parece molestar. Desde el consistorio, lejos de valorar el esfuerzo y la utilidad pública del medio, se transmite la sensación de incomodidad, como si la existencia de una voz libre e independiente fuera una amenaza.
Mientras tanto, otro digital, con mucha menos repercusión y presencia real, pero claramente vinculado a uno de los partidos municipales que gobierna —con relaciones personales estrechas— no solo no incomoda, sino que cuenta con apoyo y complicidad de quienes critican un comportamiento que ellos mismos también practican en su medio, es decir, lo que en psicología se conoce como efecto espejo... uno reprocha al otro lo que uno hace. ¿Así es como se premia la afinidad política y se castiga la independencia? ¿Dónde queda entonces la equidad, el respeto por el pluralismo informativo y el compromiso con la libertad de prensa local?
Más preocupante aún es que, desde las esferas más altas del gobierno local, no se vea con buenos ojos que otros grupos políticos del propio equipo de gobierno tengan presencia o visibilidad en medios independientes. Para evitarlo, se ha llegado incluso a ejercer presión a través de terceros, para que transmitan a la dirección del canal digital la necesidad de limitar la aparición de ciertos miembros del gobierno municipal en el medio informativo, con el fin de no darles visibilidad.
Esta es una maniobra de coacción encubierta —y, por qué no decirlo, de bullying institucional— que busca desincentivar la participación de perfiles políticos relevantes en medios independientes, para que no hagan sombra a la figura más visible del consistorio. Esto genera un clima de tensión y menoscabo a la autonomía informativa, que contrasta con la falta de diálogo directo de quienes critican y la inexistente voluntad para entender las motivaciones del medio, que no es otra que dar protagonismo a la noticia.
La salud democrática de la información en Salou
Es momento de exigir un uso responsable y transparente de los recursos públicos, de defender el periodismo local como herramienta democrática y de apoyar a quienes de verdad están comprometidos con informar desde el territorio, con autenticidad, cercanía y rigor.
Hacer de la web municipal un escaparate personal, donde con demasiada frecuencia parece tener más protagonismo el alcalde que la propia información, no debería considerarse aceptable ni por los ciudadanos ni por el resto de grupos políticos con representación en el ayuntamiento, ya que se trata de una plataforma pública, al servicio de toda la ciudadanía, y su principal función debería ser informar con claridad y objetividad sobre los servicios, actividades y novedades que ofrece el ayuntamiento en el día a día.
En tiempos donde la desinformación y el ruido mediático abundan, apoyar a los medios locales independientes no es solo una cuestión de justicia, sino de salud democrática. Salou necesita una prensa libre, crítica y comprometida con su comunidad, porque ser crítico no significa necesariamente ir en contra de nadie en particular.
El periodismo local también tiene la responsabilidad de fiscalizar la acción de los gobiernos municipales con el objetivo principal de garantizar la transparencia, la legalidad y el buen uso de los recursos públicos, a la vez de dar voz a la ciudadanía. Castigar la independencia o premiar la afinidad política es una estrategia cortoplacista que empobrece el debate público y debilita la confianza ciudadana. Es hora de repensar el papel de las instituciones frente a los medios: no como adversarios, sino como aliados en la construcción de una sociedad mejor informada, plural y participativa.
Un articulo de
FRANCISCO ROJAS
Nota de la redacción:
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