El humorista, comunicador y artista reusense, Andreu Buenafuente presenta en el
Centro cultural Torre Vella de Salou (Tarragona) la exposición de pintura «Territorio
Personal», que empezó el 2 de marzo y se podrá visitar hasta el 13 de abril. Raquel
Medina y Mercè Puy, dos geniales profesionales, son las comisarias de la exposición.
No todos saben que Andreu Buenafuente, además de ser presentador y humorista,
también es, desde hace más de 30 años, un artista plástico y visual de línea
expresionista, con el mérito de ser totalmente autodidacta y, quizás por este motivo,
totalmente libre y espontáneo en su expresión y en su pensamiento. Es un apasionado
de la creación de realidades diversas que miran hacia la naturaleza o hacia el ser
humano, y que consigue hacer nacer en instantes en sus pinturas e ilustraciones con
una interpretación a veces irónica o riéndose de si mismo en autorretratos.
Cuando entréis en la Torre Vella y visualicéis la obra de Buenafuente, enseguida
sentiréis un impacto anímico y captareis el intenso mundo interior del autor.
Seguramente se removerán vuestras emociones. Además, como el objetivo de estas
obras no fue exponerlas al público, sino que Buenafuente las creó por una necesidad de
expresión de su alma, estamos ante una comunicación y creación llena de autenticidad,
sensibilidad y, sobretodo, de filosofía del sentimiento totalmente contrapuesta al frío
mundo racional, como vemos en su obra «Piensa menos»(2016). Para él, la pintura es
un camino de crear vida con el pincel. Así afirma: «Es el apasionante misterio de ver
cómo nacen formas, cosas, símbolos que ni tu habías imaginado. Se trata de tu mano,
de tu pincel que les da vida. ¿Dónde estaban?» (...) «Cuando consigues expresar un
sentimiento con el arte es un placer incomparable, mágico, casi eterno».
Sin duda la energía positiva que transmiten las pinturas e ilustraciones de la exposición
«Territorio Personal» de Andreu Buenafuente, expuestas en un lugar histórico, mágico,
como es la Torre Vella de Salou, no dejan indiferente a quien sabe captar el mensaje de
la filosofía vitalista subyacente y la gran imaginación de Buenafuente, envuelta en un
hilo de surrealismo que propicia una creación que va mucho más allá de la evidencia
aparente.